Enseñar a mi hijo/hija a manejar sus emociones: un reto especial y de crecimiento mutuo

Hablar de este tema y aprenderlo, requiere de mucha sensibilidad, empatía, paciencia y entendimiento del proceso emocional del niño/niña, para tratar de no cometer errores y enfocarlo adecuadamente. Es importante, como padres, ser conscientes de cuáles emociones no hemos educado y sanado nosotros mismos, pues esto será clave para no tener impedimentos ni dificultades, enseñando algo que realmente no dominamos. Debemos entender muy bien cómo se está dando el proceso emocional en nuestros hijos, para no repetir errores que se cometieron con nosotros cuando éramos niños. Esto sabiendo que nuestros padres y nosotros como padres, estamos haciendo lo mejor que podemos hacer, según nuestra historia.   ¿Qué son las emociones? Las emociones se definen como componentes sentimental o afectivo de la conducta humana, que se entienden como comunicaciones a uno mismo y a los demás relacionadas con acontecimientos o metas que nos imponemos. Existen clasificaciones de las emociones humanas, en realidad son 6 básicas primordiales: Miedo, Alegría, Amor, Tristeza, Sorpresa, Ira ; y de allí se derivan las que serían secundarias y terciarias, que son consecuencias de las primarias.   Interpretación de las emociones en los niños/niñas: En edad muy temprana los niños/niñas no saben interpretar las emociones de los demás. El bebé recién nacido todavía no sabe interpretar la expresiones faciales de sus padres. Luego, entre los 3 y los 6 meses comienzan a identificar dichas expresiones y pueden lograr interpretarlas. Durante la edad preescolar, los niños/niñas ya pueden concluir e inferir las emociones de la gente, comprendiendo al otro solo en la manifestación básica de la emoción. Por ejemplo: está feliz porque ríe, está triste porque llora, etc.; y pueden empezar a interpretar las suyas propias, aunque no de manera muy precisa. Pueden pasar de la tristeza a la alegría en un periodo corto de tiempo, y les cuesta manejar los grados de su emoción. La capacidad de analizar las emociones de los demás se va dando con la madurez de la edad. Hacia los 6 o 7 años, el niño/niña ya puede empezar a entender y manejar este tema mejor. Es muy común que un niño/niña menor de 4 años ni pueda diferenciar las emociones reales de las fingidas. Pasando esta edad comprenden que engañar a los demás es hacerles ver o sentir cosas que no son ciertas.   Manejo o control de las emociones: El manejo o control de las emociones en los bebés o niños/niñas en edad preescolar, es generalmente situacional o conductual, más que cognitivo. Es decir, sus emociones son reactivas a los acontecimientos que ocurren, más que ideas o situaciones razonadas. Sin embargo, desde muy pequeños es importante fomentar el que empiecen a comprender y aprender cuándo y dónde son los momentos adecuados para expresar sus emociones, y el efecto que su comportamiento trae en los demás. Para entender mejor, les citaré las etapas del desarrollo psicosocial planteadas por Erik Erikson (1902-1994, psicoanalista destacado por sus contribuciones a la psicología del desarrollo):   Edad: 18 meses – 3 años / Etapa: Autonomía vs. Vergüenza y Vacilación: En esta etapa, la principal tarea del niño/niña, es desarrollar un sentido de control y dominio de sus actos. Aprender que es autónomo, que sus intenciones se puede realizar, y superar el impulso de la comodidad de permitir a los padres, en especial a la madre, hacer todas las cosas importantes por él/ella.   Edad: 3 años – 6 años / Etapa: Iniciativa vs. Culpa: En esta etapa, la principal tarea del niño/niña, es desarrollar un sentido de identidad, en gran medida por medio de la identificación con los padres, desarrollar un mayor sentido de responsabilidad de sus propias acciones, y lograr una independencia progresiva de los padres.   Nuestro papel y aporte como padres:
  • Paciencia y empatía para poder sobrellevar este proceso complejo y retador, tanto para los niños/niñas como para los padres.
  • Reconocer nuestras propias carencias y trabajar en ellas antes de entrar intervenir. Buscar ayuda psicológica si es necesario.
  • Estar muy presentes, observadores y contenedores en los momentos de manifestación emocional evidente.
  • Si la situación emocional está saliendo de nuestro control, y es muy difícil para ambas partes (hijo-padre), buscar el apoyo del cónyuge o compañero de crianza, para poder mediar la situación buscando el mutuo beneficio.
  • Ayudar a identificar la emoción que se experimenta, de acuerdo a la situación vivida de manera instructiva y didáctica Ver los juegos de las emociones.
  • Apoyar al niño/niña siempre que sea necesario para que encuentre la manera adecuada y sana de poder expresar su emoción de manera satisfactoria para él/ella, y su entorno.
  El manejo de las emociones es un reto más, y será una gran enseñanza para toda la familia. Recuerda siempre que al estar criando y educando a tu hijo/hija, estás también sanando y reeducando a tu niño interior. ¡Siempre honra tu tarea como padre, y honra la tarea que hicieron tus propios padres!